lunes, 7 de noviembre de 2011

El espectáculo de Rubaljoy debatiendo consigo mismo.

Esta noche la falacia burguesa se muestra a pleno rendimiento. Aparentar diferencias donde hay coincidencias. Las dos caras del sistema, en una función teatral que ya resulta muy cansina y que cada vez menos gente se cree (todavía demasiada, no obstante). La patronal está esta noche de celebración, saben que ellos ganarán sí o sí el 20-N. Esperemos que su victoria no sea del todo completa, y que la resistencia a la misma sea la mayor posible.


domingo, 4 de septiembre de 2011

Un concejal del PP muestra su respeto y saluda a la División Azul

Dedica Juan José Primo Jurado, concejal del PP en Córdoba, un artículo en ABC (31/08/2011, edición de Córdoba, http://cordoba.abc.es/20110831/cordoba/sevi-setenta-anos-divison-azul-201108310815.htmla conmemorar el setenta aniversario de la División Azul, en el que termina manifestando su respeto y saludo a la misma. En esta guerra de ideologías, que aunque alguno la niegue, sigue existiendo, algunos de los mecanismos más poderosos de influir ideológicamente son precisamente edulcorar las historias sin contextualizarlas debidamente, contar medias verdades, o directamente mentir. Algo o mucho de eso hay en el artículo de Primo. Vayamos por partes.
Una primera cuestión a comentar sería la relativa a señalar, por parte de Primo, que la División Azul estaba circunscrita al combate contra el régimen de Stalin. Mira tú qué bien. Primo enfatiza el posicionamiento de la Azul en contra de la URSS. Sin embargo, no parece poner el mismo énfasis en reconocer que su respetada División Azul estaba a las órdenes de Hitler, quién tenía montado otro régimen en Alemania, sólo que este no se basaba en la lucha de clases, como el soviético, sino en la proclamación de la superioridad racial aria y en la construcción de un III Reich que llevaría a cabo la total aniquilación de las razas consideradas como inferiores, algo que, como todo el mundo sabe, lamentablemente se puso en marcha mientras duró la Alemania nazi. Para Primo, el juramento de lealtad que los muchachos de la Azul prestaron a Hitler, era algo meramente protocolario. Sugerir sibilinamente, como creemos que hace Primo, que los integrantes de la Azul no simpatizaban con la alianza nazi-fascista de la II Guerra Mundial, es perverso, por faltar a la verdad en relación a una cuestión tan importante. Precisamente era por su anticomunismo, entre otras cosas (también les unía su antiliberalismo y sus sentimientos antidemocráticos) por lo que simpatizaban con la Alemania nazi y la Italia fascista, algo que no parece querer reconocer Primo.
Se equivoca también Primo al decir que la creación y entrada en la contienda bélica de la División Azul no alteró la posición de neutralidad de nuestro país en el conflicto. Cuando la División Azul se crea, en 1941, España ya había abandonado su posición de “estricta neutralidad”, ya que se había declarado “no beligerante” el 13 de junio de 1940, justo en un momento en el que la Alemania nazi estaba venciendo en la guerra, después de haber invadido Holanda, Bélgica y Francia. Es decir, que la España de Franco, si no se había posicionado antes del lado de Alemania, había sido porque aun no había estado claro si la potencia nazi triunfaría en sus ansias imperialistas. En el momento en el que la balanza de la contienda caía claramente del lado alemán, Franco pensó que había llegado el momento de posicionarse formalmente a favor del eje Italo-Alemán, y empezó a preparar la entrada de España en la guerra. Al contrario de lo que luego vendió el franquismo, idea que todavía hoy mantienen los apologetas de Franco, si España no entró en la II Guerra Mundial no fue porque Franco se negara a cumplir las peticiones de los nazis, sino que fue justo al contrario: los alemanes consideraban que España, por cómo había quedado tras su guerra civil, sería más una carga que una ayuda, a lo que había que sumar las elevadas peticiones que Franco pidió a Hitler a modo de botín: Gibraltar, el Marruecos francés, el Oranesado (región noroccidental de Argelia), y el suministro de alimentos, petróleo y armas. Si España era neutral en ese momento, como afirma Primo, ¿qué hacía negociando con la Alemania nazi las condiciones para entrar en la guerra? Curiosa neutralidad, desde luego.
Por último, creemos que, para entender qué llevó a unos y a otros a enfrentarse en la II Guerra Mundial, hay que situar los acontecimientos en su contexto íntegro, y no seleccionar, a gusto del personal, los elementos que de dicho contexto interesen. Claro que los integrantes de la División Azul pretendían continuar, durante la II Guerra Mundial, su cruzada contra el comunismo y el ateísmo, después de haberla emprendido en España, atacando a la República democrática y laica, e instaurando el régimen franquista, nacional-católico. Pero la II Guerra Mundial no consistió en una lucha entre comunistas y anticomunistas. Precisamente, la URSS y las democracias liberales, a los que separaban sus modelos económicos y políticos, hicieron causa común para enfrentarse a un mismo enemigo, la amenaza nazi-fascista del Eje. Creemos que lleva razón E. Hobsbawm (1995: 150) cuando, acerca de la II Guerra Mundial, dice que el enfrentamiento fundamental no era el del capitalismo con la revolución social comunista, sino el de diferentes familias ideológicas: por un lado los herederos de la Ilustración del siglo XVIII y de las grandes revoluciones, incluida, naturalmente, la revolución rusa; por el otro, sus oponentes. En resumen, la frontera no separaba al capitalismo y al comunismo, sino lo que el siglo XIX habría llamado “progreso” y “reacción”. Es pretencioso señalar exclusivamente la causa anticomunista de los voluntarios de la Azul. Eran fascistas, mandados por fascistas (general falangista Agustín Muñoz Grandes), integrados en el ejército nazi. Pues a esos muestra el señor Primo su respeto y saludo (no sabemos si al estilo fascista). La guerra ideológica continúa, por supuesto.
Decenas de jóvenes realizan el saludo fascista, frente al homenaje a los caídos de la División Azul. - DANI POZO
Personas realizando el saludo fascista en un acto de homenaje a los caídos de la División Azul
(Foto de Dani Pozo, publicada en Público, el 14 de febrero de 2010).

jueves, 25 de agosto de 2011

A vueltas con el 15-M

A estas alturas, a nadie le debe resultar desconocido el Movimiento 15-M (15-M), también conocido como el de los Indignados o Spanish Revolution. Y es que son ya muchas horas de televisión y de radio dedicadas, así como muchas páginas en los periódicos. Hasta algún libro se ha editado ya sobre esta ola de protestas. Seguro que la mayoría no se lo esperaba. De golpe y porrazo, numerosas ciudades españolas fueran inundadas el 15 de mayo por una marea de inconformistas, a los que, sobre todo, lo único que unía era la necesidad de empezar a alzar la voz en contra de la dirección que desde hace un tiempo vienen siguiendo los políticos en el poder (del ahora y del ayer, PSOE y PP, y con ellos todos los palmeros del sistema) y la economía global, dirigida sin escrúpulos por los grandes poderes financieros del mundo. En principio, el 15-M era sólo eso, alzar la voz contra unos abusos que empiezan a ser ya demasiado evidentes. Y es que muchos, al parecer, nos habíamos creído de verdad eso de que la sanidad y la educación deben de ser servicios públicos, o de que la crisis deberían pagarla aquellos que la han creado (empezando por los banqueros), y no la clase trabajadora. También habíamos llegado a creer que a través de la política se podía ir mejorando la sociedad. Eran muchos años de tener asumidas tales ideas, por eso, el momento de indignación ante la situación política y económica tenía que llegar, tarde o temprano. No es de extrañar. Nos estaban diciendo, desde los poderes fácticos (gobierno, patronal, etc.), que debíamos tener paciencia con la crisis, que era algo pasajero, y que debíamos aguantar el chaparrón. Que no era culpa de nadie, que son ciclos. Mientras, cada vez más gente sin trabajo. Cada vez más gente sin vivienda. Neveras cada vez más vacías. Y los bancos cada vez con mayores ganancias. Y los poderosos nos seguían diciendo que tranquilos, que ya pasaría. Y la calle que sólo se llenaba para celebrar el triunfo en el Mundial de fútbol. Y para una huelga general que hicimos, por poco tenemos que pedir perdón por ello. Hace unos meses, a decir verdad, no era casi nada optimista. Ahora lo soy un poco más.
Cuando el pasado 15 de mayo, salí del piso para dirigirme al lugar donde comenzaría la  manifestación de Granada, no sabía lo que me encontraría. Al llegar al lugar, pensé que la cosa no estaba nada mal en cuanto a afluencia. Se empezaba a ver a los pocos policías que había, algo sorprendidos. Uno de ellos le decía a otro: Se supone que no habría más de cuatrocientos, y parece que hay cuatro mil. No iba muy desencaminado. La marcha comenzaba, y a lo largo de su recorrido más gente se iba sumando. Al son de los timbales, los manifestantes vociferaban lemas que ya se han hecho famosos: “No hay pan para tanto chorizo”, “No somos mercancías en manos de políticos y banqueros”, “Ahí está, la cueva de Alí Bábá” (al pasar por la puerta de algún banco), “Vuestra crisis no la pagamos” o “La crisis que la paguen los capitalistas”. Toda una declaración de ideas que no está nada mal para empezar, desde luego. Al final de la manifestación la gente de ¡Democracia Real Ya!, plataforma que había convocado esa movilización en decenas de ciudades españolas, leyó un manifiesto en el que se denunciaba, sobre todo, el sometimiento de la política al dictado de los poderes financieros. Tras la lectura del manifiesto, la gente se iba yendo del lugar con la sensación de que algo nuevo estaba naciendo. 
La convocatoria efectuada por DRY (plataforma en la que se integran numerosas organizaciones, como Attac o Juventud Sin Futuro) para el 15 de mayo fue un éxito en toda España, destacando sobre todas las demás las manifestaciones de Barcelona, Valencia y Madrid. Unas 130.000 personas se manifestaron aquel día en toda España. Y eso, sin contar con una mínima atención previa en los medios de comunicación tradicionales: TV, radio y prensa. Internet demostró su enorme poder como herramienta para la comunicación dando difusión a la convocatoria. Una vez terminada la manifestación, la red empezaba a arder con la subida y difusión de contenidos de todo tipo: videos, fotos y mensajes de texto sobre lo que acababa de pasar. Gente de toda España intercambiando impresiones e ideas sobre lo que había pasado y (esto es más importante) sobre lo que debería pasar a partir de ese momento. Tras finalizar la manifestación del 15-M en Madrid, un grupo de personas decidieron quedarse para continuar sus protestas (quizá en respuesta a la represión policial que tuvo lugar al final de la manifestación en la capital) en la Puerta del Sol, encendiendo así la mecha de las ya famosas acampadas en toda España.
En cuestión de dos días, las plazas más importantes de las ciudades españolas se convirtieron en lugares tomados por la masa de los indignados. Las asambleas se organizaron rápidamente, estando en todo momento conectadas entre sí. Si la asamblea de Murcia, por ejemplo, aprobaba tal punto, al instante esta información era conocida por el resto de asambleas. Así, el debate se retroalimentaba entre las asambleas de todo el país, adquiriendo el movimiento una argamasa que lo homogeneizaba en todo el territorio nacional. Esto facilitó el que las asambleas adoptaran rápidamente una serie de acuerdos mínimos, que debían servir de regla a todo aquel que actuara en nombre del movimiento de los acampados. Entre estos mínimos se encuentran, por ejemplo, el empleo de la no violencia ante provocaciones ajenas y actuaciones policiales. Del cumplimiento de los mínimos acordados dependerá, en  buena medida, la suerte del movimiento en el futuro.
Desde el manifiesto que DRY leyó el 15-M, el movimiento de los indignados se ha definido como apartidista, asindicalista, y aconfesional. Esto quiere decir que el movimiento no apoya a ningún partido en concreto, ni a ningún sindicato ni tampoco a ninguna religión, ni se reconoce representado por ninguno/a de ellos/as. Aquella persona que participe en el movimiento lo hará a título individual y como ciudadano. Tampoco gustan las banderas en el movimiento. Todo esto con el fin de ir sumando apoyos: veamos qué nos une y no aquello que nos separa. Y precisamente a todos los participantes del movimiento los ha unido una serie de reivindicaciones que han surgido formalmente de las acampadas, algunas de las cuales ya han podido llegar hasta el Congreso de los Diputados, y que se podrían recoger en algunos de los siguientes grandes bloques: eliminación de los privilegios de la clase política, derecho (no sólo teórico) a la vivienda, existencia de servicios públicos y de calidad, medidas contra el desempleo y la precariedad laboral, control de los bancos, fiscalidad progresiva, defensa de las libertades ciudadanas y creación de una democracia participativa (negación al control de internet, referéndums obligatorios y vinculantes, independencia del poder judicial, etc.). Así mismo, también se ha exigido la reducción del gasto militar y la reforma de la Ley Electoral vigente, que sobrealimenta al bipartidismo del PP y el PSOE, así como a los nacionalismos periféricos.
Una crítica del movimiento
Habrá, desde dentro del movimiento, mucha gente que no lo quiera ver, pero la inmensa mayoría de reivindicaciones surgidas desde el mismo son reivindicaciones netamente de izquierdas. Sin embargo, hay un sector de indignados que, no sé si por cierto complejo o por confusión, no se atreven a reconocerlo. Bueno, tampoco los que llevamos años pidiendo ese tipo de cosas buscamos el reconocimiento de nadie, simplemente seguimos en la brecha, luchando, ya sea solos o acompañados. Pero sería un error dejarse llevar por estos acomplejados o confundidos (o las dos cosas a la vez), muchos de los cuales puede que sólo busquen participar para que algún día, en el futuro, puedan decir aquello de “yo estuve allí”, en plan romántico y todo eso, y tengan algo que contar a sus hijos y nietos. Claro que, con eso solamente, no se transforma la realidad.











Por no confundirnos más, convendría empezar a llamar a las cosas por su nombre. Creo que eso liberará al movimiento de algunas trabas que hasta ahora ha tenido, y lo hará mucho más operativo. Seguramente habrá alguna gente que se sentirá traicionada si nos empezamos a reconocer como elementos de izquierda, pero bueno, las palabras están ahí y significan lo que significan. Llegados a tal punto, quién quiera bajarse del barco que lo haga, aunque sería una lástima. No obstante, merecería la pena pasar por un proceso de depuración si con ello el movimiento se hace más operativo. En esa dirección, se hace necesario establecer una estrategia que quede bien definida. En ella, por ejemplo, yo seguiría apostando por algunas de las formas de lucha que ya han caracterizado al movimiento, como la no violencia como respuesta, la acción directa de resistencia ante los desahucios, o las manifestaciones periódicas (la siguiente será el 15 de octubre). Pero habría que incorporar muchas más formas de lucha y articularlas. Por ejemplo, creo que habría que aprovechar mucho más de lo que se ha hecho el acceso al debate parlamentario del Estado, pues hay diputados que han estado, están y seguramente estarán (esperemos que siga habiéndolos) dispuestos a hacer llegar las reivindicaciones del 15-M al Congreso de los Diputados. Igualmente digo respecto a los parlamentos regionales. Y porqué no también cabría hacer lo mismo en los plenos municipales (claro que para esto se haría necesario la existencia de asambleas locales en los pueblos). Otra vía que habría que ir abriendo sería la construcción de una alianza con los trabajadores y trabajadoras de este país. Aunque el movimiento sea asindicalista, y aunque los sindicatos mayoritarios estén tan desacreditados en este país, no se puede olvidar que todavía son ellos los que tienen el poder para convocar una huelga general, por ejemplo. Por eso, repito, convendría deshacerse de ciertos complejos y poner en funcionamiento una estrategia que nos lleve a conseguir objetivos concretos. La suerte del movimiento dependerá de ello. Con el verano buena parte del movimiento se ha ido de vacaciones (los estudiantes universitarios son mayoría, y en verano cada uno se va a su casa), pero el curso 2011/2012 espera, y será a lo largo del mismo cuando el movimiento alcance el éxito, en base a conseguir objetivos, o muera, si no consigue liberarse de las cadenas que lo lastran.

martes, 28 de junio de 2011

Anda y que les den

Los de la ceja y agregados, los pregoneros del voto "útil", los que vendieron la moto de la izquierda blandita y amable "para todos" (que al final sólo eran los más desideologizados, ese amplio espectro de las clases medias y bajas que suelen alternar entre PP y PSOE a la hora de votar), ahora nos vienen con estas. En serio, cuando haya madera para montar un auténtico frente popular socialista con vocación real de tumbar este sistema enfermo, allí estaremos. Mientras tanto, que sigan leyendo los manifiestos que quieran y que sigan con su izquierdita de cogérsela con papel de fumar, esa del buen rollito, no vaya a ser que alguien se moleste, oyes. Yo mientras me voy a potar.


http://www.publico.es/espana/384182/intelectuales-y-artistas-piden-reconstruir-la-izquierda

sábado, 26 de febrero de 2011

Una reflexión sobre las "noticias"

Miles de personas se manifiestan en el centro de Sevilla contra el pensionazo y la reforma laboral (26 de febrero de 2011) y no es noticia. Eso sí, si un cocinero muy famoso decide cerrar su restaurante (al cual la inmensa mayoría de TODOS NOSOTROS seguramente no iríamos en nuestra puta vida) a eso le dedican los minutos que le hagan falta. O si en la Pasarela Mimbreles este año se lleva el color caqui (que no lo sé) en vez del negro, eso, eso también es importante, no vayamos a cometer el error de no saber de qué color tenemos que vestirnos la temporada que viene, por dios. O si se pone de moda entre los "papás bien" urbanitas llevar a sus respectivos bebés a una sala dónde les ponen música clásica a los angelitos, eso también debe de ocupar su huequecito en los telediarios, para que todos nos demos cuenta de que vivimos en una sociedad super mega güay del paragüay. Si la estrella del deporte de turno graba un anuncio para Mike o para Anidas, o para una marca de colonia... tranquilo, que también te lo pondrán en el telediario, y además te lo darán como noticia. Así está el patio en los medios de "comunicación", los mismos que ahora nos han descubierto, para sorpresa del personal, de que que en Túnez, Egipto o Libia había gobernando señores sospechosos de no ser muy demócratas precisamente. Pero bueno, esto se lo perdono a los medios de "información", ya que los pobres bastante ocupados llevan ya varios años hablando de Hugo Chávez, el dictador que por más elecciones  y referéndums (de los que uno perdió) ha pasado, de todo el mundo, desde que llegó al gobierno de su país (un dictador raro, raro, que diría el otro). Así que bueno, permitidme que, por lo menos, dude de lo que nos cuentan los medios. Bueno no, no, me lo he pensado mejor. Permitidme que los mande a tomar por culo, a todos ellos, por mentirosos y manipuladores, y sobre todo por tomarme por imbécil. Qué se habrán creído, los desgraciados.

miércoles, 26 de enero de 2011

Sobre Túnez y su, ahora sí, dictadura

Os dejo otro clarividente ejercicio de denuncia de las prácticas periodísticas que imperan actualmente, realizado por Pascual Serrano, en el que comenta cómo, en esta España nuestra, estupendamente bien informada siempre, acabamos de enterarnos de que en un país tan cercano como Túnez había una dictadura.

http://www.pascualserrano.net/noticias/bfpero-habia-una-dictadura-en-tunez

domingo, 16 de enero de 2011

UN AGUJERO EN EL SISTEMA

Hay que ver la que se ha liado recientemente con el escándalo de Wikileaks. Ya saben, lo de la filtración de documentos diplomáticos del Departamento de Estado Norteamericano, con los que hemos podido conocer qué es lo que piensan el gobierno yanqui y sus embajadas de todo el mundo respecto el resto de gobiernos. Ha habido para todos, o casi. Pero bueno. Tampoco es para tanto. A fin de cuentas, sólo se han revelado las impresiones que unos tienen sobre otros, ya está. Algo que, por otra parte, ya se podrían imaginar los propios afectados, los políticos sobre los que vertían los correspondientes calificativos los que realizaran los ya famosos informes. Sin embargo, hay que ver lo nervioso que se ha puesto el personal: los chinos bloqueando el sitio web de Wikileaks, senadores yanquis presionando a servidores de internet para que dejaran de albergar la página web Wikileaks, o directamente eliminarla de internet, algunas marcas de tarjetas de crédito y débito renunciando a que a través de sus tarjetas se hicieran donaciones a Wikileaks, y algunos ultras hasta pidiendo que se carguen a Julian Assange, por terrorista y toca huevos. Ahí, con un par.
Y tampoco lo que ha desvelado Wikileaks es tan grave como han querido hacer parecer los medios de comunicación. Otra cosa es que hubiera desvelado un plan de ataque secreto de EEUU sobre algún país latinoamericano molesto para sus intereses, como ya han planeado (y finalmente ejecutado) alguna que otra vez, o que desvelara la invasión yanqui de otro país en Oriente Próximo y Medio, o que la OPEP decidiera llevar a cabo una subida fuerte del precio del crudo, o que Pakistán se planteara lanzar un ataque nuclear a India, por ejemplo. Pero que va, nada de eso. Es más, el pasado verano vio luz pública un documento para mí más importante, y no se le hizo tanto caso. Me refiero a un video en el que se veía como un helicóptero de EEUU acribillaba a un grupo de personas en una calle de Bagdad, creyéndolas terroristas sin serlo (los soldaditos confundieron las cámaras de algunos de ellos, que eran periodistas, con armas).



Y sin embargo este asunto pasó casi desapercibido en los medios.
Entonces, ¿por qué tanto nerviosismo ahora? Más allá de lo que se ha filtrado recientemente, me parece que lo importante en todo este asunto no es qué es lo que se ha dicho, sino la manera de cómo se ha conseguido esa información. Eso es lo preocupante para los gobiernos y las grandes compañías de la comunicación mundial. Que creían que podían controlar toda la información (o desinformación, según se vea) que nos debiera de llegar. Y con Wikileaks se ha visto que no es así. Que hay disidentes. Un escape en el sistema, una grieta que tapar si no quieren que la gente empiece a conocer según qué cosas. Y a tapar la grieta se han puesto, como demuestra el que la justicia sueca ordenara hace pocas semanas el arresto del hasta ahora director de Wikileaks, Julian Assange, por supuestos cargos de violación y acoso. Es un aviso. Una manera de advertir a periodistas aventureros que se pasan de la raya con aquello que cuentan, de que hay asuntos que mejor no tocar, informaciones que mejor no revelar. Ese es el periodismo controlado que impera en la actualidad, el periodismo servil, modelado totalmente por el auténtico poder fáctico, el poder económico, según sus intereses, claro. Empezar a reconocer esta situación sería bueno para todos. Si lo hiciéramos, cuando los diferentes medios de comunicación nos vendieran gato por liebre, sabríamos al menos que lo que estamos comiendo es gato, y no liebre. Al menos no pareceríamos tan imbéciles, y eso ya es algo.